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Nueva normalidad y vida sana

Aunque la vida nunca volverá a ser igual que antes de que el niño enfermara, muchos padres sienten que, con tiempo, la familia encontrará una “nueva normalidad”. Para los niños esto significa volver a la guardería o al colegio y, en la medida de lo posible, a una gran variedad de actividades de entretenimiento. Esto significa también que los padres regresen a sus actividades normales, sea en el trabajo o en casa. Una “nueva normalidad” involucra también regresar a una disciplina que era común dentro de la familia. Cuando hay un niño enfermo es usual que las reglas de la familia se ignoren o cambien. Sin embargo hacer énfasis en esas reglas, envía un mensaje positivo a los niños de que todo está mejor ahora. 

Vivir sanamente luego del tratamiento

Una vez que el niño está fuera del tratamiento y pasa a la etapa de seguimiento, el objetivo es ayudarlo a que siga lo más sano posible y alcance su mayor potencial.

Ya completado el tratamiento, es oportuno revisar la dieta y la actividad física del niño, ya que la mayoría de los niños pueden tener alteraciones en el peso. Para mantener un cuerpo sano en el futuro es importante seguir una dieta balanceada y realizar actividad física, regularmente. Esto tendrá efectos positivos en la salud del niño en el futuro, ayudando a sanar los tejidos y órganos que se afectaron por el cáncer y el tratamiento, a recuperar la fortaleza y la energía, a reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer de adulto y otras enfermedades de la edad adulta y a reducir los sentimientos de estrés, aumentando la sensación de bienestar. 

Los suplementos vitamínicos no son el reemplazo de buenos hábitos de alimentación. Se debe animar al niño a que consuma gran variedad de alimentos de los primeros cuatro grupos cada día, para asegurar que consuma los nutrientes y las vitaminas que su cuerpo necesita para que se mantenga sano y funcione apropiadamente. 

Un estilo de vida sano incluye: no fumar, comer una dieta baja en grasas; alta en fibra, ejercicio regular y evitar el consumo excesivo de alcohol.

Deben protegerse de las quemaduras del sol con ropa que lo cubra bien y un protector solar de alto grado de protección.

Seguimiento

Todos los niños que completaron su tratamiento para el cáncer necesitan hacer seguimiento regular para identificar, analizar y tratar problemas que puedan surgir. Algunos niños tendrán pocas dificultades durante el período de seguimiento, otros necesitarán más ayuda, incluyendo apoyo tanto físico como psicológico.

Los problemas relacionados con el tratamiento de cáncer que pueden ocurrir o persistir al terminar el tratamiento se conocen como “efectos tardíos”. El seguimiento continuará hasta su vida adulta.

Si el niño terminara el tratamiento muy joven, la adolescencia y la edad adulta parecerán muy lejanas. Sin embargo, cuando se acerca la adolescencia, crecerá física y emocionalmente y necesitará apoyo para poder tomar la mejores decisiones en el cuidado de su salud.