Efectos de la enfermedad y del tratamiento
Según el tratamiento que reciba, el niño podrá presentar algunos efectos no deseados. Algunos de ellos se producirán mientras dura el tratamiento y remiten luego del mismo; otros se podrán verificar a largo plazo, en los meses y años posteriores. Seguramente el equipo médico informará de esto a las familias. Conocer los efectos de antemano ayudará a los niños y familiares a estar preparados para saber cómo actuar ante la presencia de estos síntomas. Hay que recordar que no todos los niños experimentan todos los efectos mencionados y que éstos tampoco se manifiestan de igual manera en niños que tienen el mismo diagnóstico e igual tratamiento.
Tanto la enfermedad como su tratamiento pueden producir trastornos en el niño, tales como náuseas, vómitos y fatiga, los cuales disminuyen los niveles de energía y la predisposición para participar de las actividades escolares u otras cotidianas.
Otros cambios posibles, que suelen ser temporarios, incluyen aumento o pérdida de peso, hinchazón o distorsión facial, cambios temperamentales, problemas en la coordinación, dificultades para controlar la motricidad fina y gruesa, y debilidad muscular.
La pérdida del cabello se presenta en muchos pacientes que reciben quimioterapia y es quizás, para ellos el aspecto más molesto del tratamiento. El cabello puede caer repentinamente o en un período de semanas o meses. El mismo se recuperará una vez que el tratamiento de quimioterapia haya finalizado.
Los tratamientos para curar el cáncer atacan las células en crecimiento. Esto hace que en el niño afecte tanto a las células malignas como a las células sanas. Tanto la quimioterapia, como la radioterapia y la terapia dirigida producen distintos efectos no deseados que se desarrollan durante el tratamiento, la mayoría de los cuales remiten finalizado el mismo.