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Cáncer Infantil»Aspectos Emocionales»Sentimientos de los padres

Sentimientos de los padres

El Shock del diagnóstico de cáncer en un hijo produce un sinnúmero de emociones. Es posible que los padres experimenten algunos de los sentimientos que se tratan aquí. Pueden transitarlos en distintos momentos y con distinta intensidad con respecto a otros padres, pero es importante que sepan que no están solos en la experiencia. Hay un grupo multidisciplinario formado por médicos, enfermeros, otros profesionales de la salud y organizaciones de ayuda, que estará cerca de la familia, para mantener al niño en las mejores condiciones de salud posibles, durante y después de su tratamiento.

Confusión

Después de que el médico brinda el diagnóstico, y quizás luego de una larga explicación, puede suceder que los padres solo escuchen que su hijo tiene cáncer. La confirmación de la enfermedad bloquea todo lo demás. Los médicos o alguien del equipo, comprenden esta confusión inicial y están dispuestos a repetir la explicación cuantas veces sea necesario.

Negación

Luego de una explicación completa, los padres quieren creer que fue un error: "Esto no le puede suceder a mi hijo" - "El doctor debe estar equivocado” - "No lo puedo creer". Algunos padres tienen una negación tan grande que llevan al niño de hospital en hospital con la esperanza de que algún médico contradiga el diagnóstico. Esta conducta puede tener efectos negativos en la adaptación inicial de los padres y del niño.

Es difícil aceptar que la vida del niño puede verse limitada. Durante los primeros días pueden seguir hablando como si nada estuviera mal y eso está bien por un período corto. Sin embargo, la negación por mucho tiempo es perjudicial para el niño y toda la familia. La negación continua aísla al niño y lo deja solo, cuando más los necesita.

Miedo

Los padres experimentan muchos miedos: acerca de la salud tanto de su hijo enfermo como de la de sus otros hijos, de cómo manejar los gastos, qué pensarán y dirán los familiares y amigos, sobre su habilidad para adaptarse a la situación. Es aconsejable que hablen sobre estos miedos y los puedan expresar. El equipo de salud puede ayudarlos a resolver algunos de estos problemas derivados de la enfermedad y su tratamiento. Por eso es importante conocer a cada integrante del equipo y saber en qué puede ayudar cada uno.

Enojo

Puede ser que algunos padres se sientan enojados con Dios o el destino, con el doctor o con toda la profesión médica por no encontrar una cura inmediata para su hijo. Ocasionalmente, pueden incluso sentirse molestos con su hijo por haberse enfermado aunque este enojo no suele expresarse abiertamente. A menudo estas emociones son dirigidas a otros miembros de la familia como la pareja o los niños sanos que suelen ser chivos expiatorios de los sentimientos no resueltos. Es conveniente evitar descargar su enojo con ellos porque también sufren. El apoyo mutuo entre los familiares y amigos es de primordial importancia.

Culpa

El enojo puede estar seguido por culpa. Los padres piensan que han hecho algo totalmente equivocado y que ahora están pagando por eso, piensan en su pasado y buscan sus errores. El sentimiento de culpa puede afectar profundamente a quien lo padece y no contribuye al acompañamiento tanto del niño enfermo como del resto de la familia.

Es bueno que busquen información y entiendan que las causas de la enfermedad de sus hijos no tienen explicación.

Pena

Los padres pueden sentir un profundo sentimiento de tristeza en el momento del diagnóstico. Es raro encontrar padres que no sientan, en algún momento durante el curso de la enfermedad, un conflicto entre darle al niño todo lo que pueda para hacer su vida tan completa como sea posible y convivir con la incertidumbre respecto al futuro de su hijo. Si bien es lógico sentirla y expresarla, demasiada pena puede hacer que el niño se sienta aislado.

Esperanza

Contrariamente a la negación, la esperanza no interfiere con una adaptación saludable, y es compatible con la aceptación de la realidad. La esperanza es una cualidad humana. EI rol importante que juega en todo comportamiento no debe ser subestimado. Como ha escrito un médico, "la esperanza de mejoría es la motivación detrás de la aceptación de cada dosis de medicación prescripta".

Fe en la vida

La aparente injusticia de la enfermedad de su hijo puede amenazar el optimismo sobre el significado y el valor de la vida. Es fácil volverse amargado y cínico. La mayoría de los padres se dan cuenta de que estas emociones no tienen ningún valor positivo, entonces continúan creyendo en la vida, tratando de aprovechar al máximo la vida de su hijo, mientras reconocen completamente su pronóstico amenazante como posible.

La mayoría de los padres que atraviesan por esta situación experimentan estos sentimientos en diferentes etapas del tratamiento. Sin embargo, con el transcurso del tiempo descubren fuerzas que no creían tener. La unión y el apoyo de la familia y los amigos, la disponibilidad de un buen cuidado médico y el soporte de las organizaciones de ayuda, entre otros, facilitan el desarrollo de las habilidades de adaptación y un estilo de afrontamiento más saludable.

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