Cuidados y prevención de infecciones
Al inicio del tratamiento y durante el mismo, el niño y la familia deberán cambiar sus hábitos de higiene personal y limpieza. El lavado de manos, el uso del barbijo, el no recibir visitas durante la internación si está con bajas defensas (neutropenia), son algunos ejemplos. Estas pautas son esenciales para prevenir infecciones y lograr que el niño se mantenga lo más saludable posible para afrontar el tratamiento. El equipo de salud sabe que a veces es difícil, pero lo ayudarán para que puedan sostener estos cuidados.
Uno de los desafíos a enfrentarse está relacionado con la higiene del niño y su entorno. Para prevenir infecciones y otras complicaciones, que pueden surgir por efectos no deseados del tratamiento, deberán extremar ciertas pautas de higiene que se traducirán en muchos cambios en la vida cotidiana de la familia.
La importancia de la fiebre
En estos niños con sus "defensas bajas", la fiebre por sí sola puede ser el único síntoma que indique la presencia de una infección grave. Por eso, si tiene dos picos de temperatura de 38° o uno mayor de 38° y medio, o si su estado general los preocupa, deben concurrir al hospital para consultar al médico.
Por otro lado, es muy importante el control de las heridas provocadas por una cirugía o por la colocación del catéter. Debe observarse si estas heridas o si zonas cercanas a las mismas se encuentran enrojecidas, presentan pequeñas ampollas o cualquier otra lesión. Si se presenta este síntoma acompañado de fiebre puede ser que se trate de una infección y en este caso también se deberá consultar al médico o concurrir a la guardia.
Es común que los niños que padecen enfermedades oncológicas sean controlados frecuentemente con un análisis de sangre (hemograma) que informa sobre la cantidad de fagos. Esto es muy importante, pues decide el tipo de tratamiento que se debe aplicar y también si el niño debe ser internado o no. Si presenta neutropenia febril (bajas defensas y fiebre) deberá ser internado en aislamiento y medicado para curar la infección.
Para tratar infecciones graves se efectúan cultivos de la sangre, del catéter y de la orina, y se medica con antibióticos en forma endovenosa.
Otra cuestión importante a tener en cuenta es reducir el riesgo de contagio, inmunizando a otros miembros de la familia que conviven con el paciente, contra enfermedades que podrían demorar el tratamiento, como gripe, varicela, etc., pero el paciente no puede recibir ningún tipo de vacunas sin expresa autorización de su médico.
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